sábado, marzo 24, 2007

Nuevo F'log

He abierto un F'log, el cual trato de actualizar diario. Espero que aquellos pocos que me leen también vean mi F'log. la dirección es:

Narraciones de la Mística Urbana XV


Per accidens Substancial

Adoro el pan caliente. La suavidad, el aroma y textura son accidentes necesarios de una buena comida. Una cerveza ámbar, fría, tamaño regular es un placer que podría pensarse pecaminoso. No bañarme, ensuciarme mientras como, ver el sábado las luchas y el fútbol, fotografiar lo intangible, hundir los pies en la arena de playa, la soledad, amanecer abrazadamente acompañado, la noche, un vodka tonic, pretender ser un artista, observar la luna, la irracionalidad, la pizza y cerveza, manejar de madrugada, correr a medio día, pseudo-cocinar, tomar café mientras amanece, dormir con la ventana abierta y con luz lunar, escribir, sentir y saberme potencialmente indeterminado son contingencias necesarias de mi ser.

No sé si mi destino lleva tu nombre. Dudo el tuyo tenga el mío. Sólo lo sabremos antes del amanecer. Creo nada importa. Jamás te culparé. Nunca me arrepentiré del tiempo contigo. Tampoco diré que fue uno más de mis fracasos. Mucho menos diré que fue un error. Simplemente nuestras historias se cruzaron para hacer una contingencia más. Una hermosa contingencia.

Seguiré solo. Dejaré de buscar. Evitaré encontrar. Continuaré en el manejar errático y sinuoso. Simplemente disfrutaré las contingencias y azar futuro. Por mucho que intentemos no nos olvidaremos. Compartiremos al menos este sentimiento. Sabemos es lo mejor. Al menos trataremos.

Cpt. Y. Sparrow

lunes, marzo 05, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XIV


Trago de un destino ámbar

De nuevo la misma situación. Sólo amigos. En una fiesta. Plática agradable y superficial. Lo suficiente para olvidar la hora y sólo disfrutar el momento. Estoy en medio de una disertación sobre la estética de la Bauhaus como el futuro del arte en la razón instrumental. En realidad, son divagaciones. Lo disfruto demasiado. Decido servirme otro scotch. Simplemente mis movimientos ya son torpes y atrofiados. Me encanta la sensación de torpeza. Anomalía que no produce extrañamiento. Un poco de hielo, líquido de malta y sólo un poco de ginger ale. – ¿Puedes servirme uno igual? – Me dice esa cálida voz que reconozco como familiar pero el tono resulta extraño. Levanto la mirada. Se cruza con una mirada marrón. Centelleante y extrañamente celeste. Son tus ojos. Siempre nos hemos mirado con familiaridad, normalidad y sobriamente. Jamás con indiferencia. – ¿No lo prefieres con refresco de manzana? – te pregunto adelantándome a tu respuesta. Sé todo de ti. Al menos lo más importante. Sé cuando estás triste, ansiosa, alegre, deprimida, temerosa, fría, pensante, circular, fantástica, radiante o punzante. – Sí, mejor con manzana – respondes sin quitarme tu mirada. Sabes que no podrás infundirme miedo o temor. Somos demasiado cercanos y familiares. No hay modo de que nos lastimemos. Ni siquiera es un pensamiento válido. Te doy tu vaso, decimos salud, bebemos un poco, no nos dejamos de mirar. Podría pensar que escondes algo detrás de esa mirada marrón. En realidad, nunca has escondido nada, siempre ha estado frente a mí. A mi alcance. Así como yo de ti. Platicamos con la naturalidad de una amistad. Ahora hacemos conscientes nuestros deseos. No los decimos. No los mostramos. Los intuimos. Nos conocemos demasiado. Sigues mirando. Tratas de descifrar mis pensamientos. No hay nada que descifrar. Aquí estoy frente a ti. Tu deseo anterior a todas tus fantasías. Sólo tienes que acercarte más. No te preocupes, sólo es un poco más. Yo recorreré el resto del camino a tu boca. Te encontrarás con mis labios y con ellos disolveré aquel carmín superficial. Después, tomaré tu cintura y te acercaré aún más. Mi lengua tratará de encontrar tu oído. No te preocupes no te dirá nada, solamente explorará el lugar. Te llevaré a un lugar alejado de todo. En donde la soledad nos vigile. Descuida, seré cauteloso y metódico. Tomaré mi tiempo en cada momento de tu piel. Prometo usar mi lengua para rodar en tus piernas, muslos y cadera. Tu cuello. Tu cuello no se me olvidará. Lo morderé con mis labios. Respiraré tu sudor. Seguiré acariciando tu cabello. Perdona si te abrazo con demasiada fuerza, es inevitable. Acariciaré tu pecho, bajaré a tu cintura, tomaré mi tiempo, me esclavizo a tu ritmo. Diré algunas palabras, me contestarás con la voz sin aire. Solamente tienes que acercarte un poco. Sólo eso y tal vez encontremos nuestro destino. No tengas miedo sólo hazlo. Estamos tan cerca. Pareciera haber una muralla metafísica entre mi ser y el tuyo. Estoy dispuesto a obviarla e ignorarla. Sé que tu también. Sólo tienes que acercarte un poco. – Ahora vengo, no me tardo – me dices falsamente, no regresarás. Huyes. Sientes miedo de lo que sientes y deseas. Lo comprendo, aunque no quedo satisfecho. Sé que algún día sabrás que tu pensamiento no es ajeno a mí desear. No me precipito. Tiempo nos sobrará. Seguiré tomando este frío ámbar. Tal vez te arrepientas y regreses. Haz lo que desees. Porque independientemente de tu destino, Yo seguiré aquí. Lo sabes. Tal vez te da miedo que tu destino sea yo. No te preocupes, eso siempre lo hemos sabido.

Cpt. Y. Sparrow