miércoles, noviembre 07, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXVI



Reminiscentia



Siempre he tenido la curiosidad de saber sobre la vida actual de mis ex-compañeros de primaria y secundaria. Algunos pude verlos en la preparatoria, de otros me he enterado con los años, pero de la mayoría ignoro su presente. La realidad, es que todos ellos se volvieron un recuerdo lejano, un sueño borroso al cual recuerdo como creo que pasó y no como realmente fue.

El azar, la Divina Providencia, mi karma o cualquier causa lógica o ficticia, me dieron la oportunidad de encontrarme hoy con una compañera de escuela. La coincidencia resultaba un tanto melosa. Resulta que días atrás había coincidido con Tania Castro en una fiesta y habíamos quedado de tomar un café, chelas, vodkas o lo que resultara primero, con el pretexto de platicar un poco.

Según la teoría del conocimiento de Platón, la cual, afirma que todo ya lo hemos conocido en una vida y un mundo anterior, el mundo de las ideas. Sin embargo, al nacer en este mundo terrenal hemos olvidado todo aquello que conocíamos en el mundo de las ideas. Por esto, cuando conocemos, no es que conozcamos realmente, sino que estamos recordando lo que ya conocíamos en la vivencia del mundo anterior. Todo esto según Platón. Es extraño… hay vivencias que dejan una impronta muy fuerte en nuestra alma y marcan un antes y después en nuestras vidas. Nadie recuerda la primera vez que miró una estrella, escribió su nombre con lápiz o probó chocolate (no me gusta el chocolate). Yo recuerdo a Tania Castro, sentada en la segunda columna de bancas, y yo en la primera columna, suficientemente cerca para verla de perfil, lo suficientemente lejos para que no supiera que la espiaba. Como todo mocoso de secundaria, soñaba despierto con ella y mantenía en secreto lo que intuía como algo llamado amor.

Nos habíamos quedado de ver en un bar-restaurante-lounge-grill, demasiado fashion para mí. Sin embargo, disfrutaba mucho la terraza que daba a la ciudad. Antes de llegar al restaurante había terminado 100 años de soledad de García Marquez, y no podía dejar de pensar en que fue un libro muy largo, creo que con 140 páginas menos hubiera sido una lectura agradable. Me hubiera ahorrado bastante tiempo que pude haber utilizado para releer algo de Borges. Además, creo que el libro está sobrevaolarado, se me hizo tan bueno como una película dominical del canal cinco. Creo que Frida Kahlo también esta sobrevalorada, sin olvidar el hecho de que tiene muchos autorretratos y es una mujer demasiado fea.

Finalmente Tania llegó, infinitos flashbacks cruzaban mi mente y mi cuerpo recordaba las diversas sensaciones. Recordé que ya no era el flacucho inseguro de secundaria, sino el hombre disperso con sus vicios asentados y hasta una carrera universitaria terminada.

Platicamos cosas triviales; actuales ocupaciones, planes, amigos, fiestas, aventuras, viajes, etc. Ya un poco alcoholizados, expresé mis antiguos sentimientos hacia Tania, quien sin sorpresa me respondió que ya lo sabía. Tampoco esto me sorprendió. Creo era el único güey en mi secundaria que creía en que nadie sabía lo que ya todo mundo sabía. No tiene importancia.

¿Quieres besarme? – Tania con una mirada penetrante que dejaba ver lo mucho que disfrutaba la pregunta y lo tanto que paladeaba lentamente mi expresión de asombro me preguntaba - ¿En serio… quieres besarme? – Tania repetía en un tono divertido. Por un momento pensé que tenía la posibilidad de superar un sueño frustrado. Redimir mi inseguridad de puberto. . La verdad es que no era necesario. Prefería quedarme con la imagen inalcanzable de Tania, mi Tania del 1°B.

Caprichos he tenido muchos, todos ellos los he cumplido. O al menos he hecho el intento. Tania y yo nos despedimos, prometimos hablarnos en la semana para volver a salir. Ambos sabíamos que no nos buscaríamos. Contingencia sin importancia. Lo único necesario es el recuerdo permanente del cabello castaño de Tania en la clase de geografía.



Zorro Místico

lunes, octubre 01, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXV


Sueño y Vigilia

Un mal sueño fue la causa de mi despertar tan abrupto. La somnolencia y la sombra nocturna invitaban a continuar durmiendo. El miedo de regresar al mismo sueño intranquilo irrumpía el deseo de dormir. Es extraño, racionalmente uno sabe que los sueños son ilógicos e inmateriales, son imágenes sin sentido dentro de nuestra cabeza que no pueden lastimarnos. Sin embargo, ningún argumento sirve contra un mal sueño. Ante el temor de regresar a mi pesadilla tras cerrar los ojos, decidí permanecer despierto. Fui al baño, me mojé la cara y tomé un vaso de agua. Al regresar, comencé a pensarte. Infinitas imágenes pasaban exaltando todo lo bello de tu ser. La fragilidad de tus ojos. Los innumerables senderos de tu piel. Tu escandalosa mirada. Aquéllas caricias. Tu sonrisa delatora. Todo estaba ahí. Todo lo que me pertenece estaba ahí. Tú estabas ahí. El miedo regresaba. Ahora con más fuerza. Ahora era racionalizado y se había potenciado. Sin duda, ese terror era tan palpable debido a su naturaleza real e irreal. Material e inmaterial. Esta dualidad de ser o no ser. Es el miedo a perderte. Tan verdadero como falso.

Afirmas que me amas, que todas tus caricias, pensamientos, besos, anhelos, deseos, pasiones, locuras, me pertenecen. A mí y a nadie más. Soy dueño de todo ese tesoro aunque ahora no pueda disfrutarlo. En verdad te creo, no hay motivos para dudarlo. Pero tampoco nada me asegura la permanencia de este contrato. Tal vez, la distancia te aburra, tus deseos te desesperen o tus pensamientos te hostiguen. No lo sé. Y aunque sé que me amas hoy te has robado mi tranquilidad. Me has hecho recordar los laberintos de desilusión que fueron cruzados para llegar hasta ti. Todos los mares desiertos que tuvieron ser explorados para encontrarte. Y todas las veces que los dados fueron lanzados para encontrar necesidad en el azar. No importa. Sé que no piensas fallarme. Confío del mismo modo que tú lo haces. Y ante esta intranquilidad producto del miedo, me consuela saber que ya no depende de nosotros.

Zorro Místico

lunes, agosto 13, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXIV


Onírico

No eres la causa de mi Insomnio, pero sí un pretexto para estar despierto toda la noche. La mirada fija en el techo, la ausencia de luz y la presencia de silencio invitan a imaginar lo que pudo haber sido de un hoy juntos inexistente. Nunca probé tus labios, ni siquiera estuve cerca de una caricia, muy lejos de un te amo. Lo único importante era la posibilidad de crear algo nuevo e incierto. Nunca pensé en un movimiento serio contigo, tal vez por miedo al rechazo. Me importa poco. La incertidumbre, posibilidad, fantasía y la potencialidad de estar contigo bastaban para seguir creyendo en ese espejismo llamado amor. Varias líneas llevaban tu nombre y jamás te las mostré. Es extraño, te escribía para que jamás me leyeras. No sé si te deseaba como aquella imagen inalcanzable que no debía corromperse. Tal vez, y sólo tal vez sean puras pendejadas producto de la falta de sueño. Quizá me esté volviendo loco, ojala así sea, pues el amor carece de razón. Prenderé el estéreo e intentaré dormir. Tal vez nos veamos entre-sueños, y esa será la mejor realidad de todas.


Oh some were born to greatness,

And some were born to die

Never knowing the difference

Never knowing why

Some were born to change the world

Some never even try

But darling, you and I:

We were born to cry

Yes darling you and I:

we were born to cry.

Born to cry.

Zorro Místico

lunes, julio 23, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXIII


Acknowledge

Creo no has entendido nada. Nos peleamos por una superficialidad, inherente a nuestra realidad. Piensas que juego contigo, olvidas que te amo y sobrepones tu ego. No has entendido nada. Love is gone? A veces pienso que olvidaste que soy un ser frío, gélido y solitario. He sabido vivir solo y no tengo problemas con ello. Perdiste el horizonte. Olvidas la necesidad que me causas. La sed constante y continua. Nunca planeé esto, de haberlo hecho, no tendría este final. Me piensas metódico, perverso y azaroso. No me quitan el sueño esos tags. Nunca he pecado en contra de mi consciencia. La respuesta y la solución están en ti. ¿Confianza? Comprendo la dificultad. No entiendo tu egoísmo. No soy tan frío, créeme. Tal vez nunca lo entiendas. Ojala nunca lo hagas, de hacerlo, sabrías de tu error. Deseo seas mi destino, quisiera pensaras lo mismo. Intento entender, obstaculizas la tarea. Quiero dar más de mi ser, no me lo permites. Te deseo atemporal. No has entendido nada. La culpa es mía.

Zorro Místico

martes, julio 03, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXII

Something Changed



La potencia con que escribo. La razón de mi holístico azar. El fuego de toda acción. Azul de mis pensamientos y el sueño recurrente. I wrote this lines two hours before we met. I didn't know your name or what you looked like yet. Quedarme en casa y dormir toda la tarde era una opción. Tal vez ver una película en lugar de perder el tiempo. Mi vida pudo haber sido muy diferente, but something changed. No sé si el obscuro de tus ojos o el enigmático de tu mirada. Ni siquiera descarto la indiferencia primera de nuestra relación. Do you believe that there's someone up above? Does he have a timetable directing acts of love? Pudo haber sido diferente, opciones infinitas de un solo destino. La facilidad de un primer encuentro, la intensidad de un segundo y el constante asombro tras perder la cuenta. En cuestión de horas cambiamos nuestra dirección. No sé donde estaría si no hubieras dicho sí aquella noche. Tal vez estas líneas pertenecerían a alguien más. No lo sé. But like you said, something changed. Dejaré de pensar en contingencias irrelevantes. Tomaré tu rostro como aquella vez, alcanzarás mi brazo y besaré tus labios hasta confundirlos con tu cuello. Nada importa, ni siquiera el azar en estos momentos. The future’s owned by you and me.

Cpt. Y. Sparrow (Zorro Místico)

jueves, junio 14, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXI


Like a Friend

De nuevo pretendes disculparte. Decirme todo lo terrible que te sientes, excusarte en tu falso amor que prometes por mí, y justificar los errores en contingencias puramente azarosas sin intencionalidad. No importa, te dejo entrar. No puedo evitarlo. When I could have been learning something? Oh well, you know what I mean. Enigmática, fría, superficial, frívola, fútil, hermosa, punzante, excitante, azul. The girl of my nightmares. Lo sé, me he convertido en tu diversión, peor aún, en un pasatiempo; en la película por la tarde, el libro antes de dormir, el radio del coche, el periódico por la mañana, el café después de comer, el cigarro en la espera, la revista en el aeropuerto. Tal vez nunca aprenda algo, posiblemente no lo quiera. Come on and kill me baby while you smile like a friend. No digas nada, sé donde terminaremos. Acéptalo. No viniste a disculparte, tampoco para recuperar el amor, mucho menos enterarte de mi vida sin ti. I've done this before, and I will do it again. Ya no digas nada y cumple con tu plan antes que confunda nuestra extraña amistad con algo inexistente.

You are the last drink I never should have drunk
You are the body hidden in the trunk
You are the habit I can't seem to kick
You are my secrets on the front page every week
You are the car I never should have bought
You are the dream I never should have caught
You are the cut that makes me hide my face
You are the party that makes me feel my age
Like a car crash I can see but I just can't avoid
Like a plane I've been told I never should board
Like a film that's so bad but I've got to stay till the end
Let me tell you now: it's lucky for you that we're friends.

Cpt. Y. Sparrow

jueves, junio 07, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XX













It's funny, you work so hard,
you do everything you can to get away from a place,
and when you finally get your chance to leave,
you find a reason to stay.

- Vincent ("GATTACA") -


If this isn't love, I don't think I can handle the real thing
- Finn ("Great Expectations") -

Principio

Un difuso azul que va cediendo al capricho rojizo del amanecer es nuestro escenario. Al fondo, una canción cuenta nuestra historia soñada por un desconocido. Media botella de vino tinto en la mesa era nuestra excusa. Tú mi pretexto.

Me pierdo en tu cabello, en tus labios, tu cuello, tu cuerpo, me pierdo en ti. Aprietas mi mano, suspiras, tiemblas, te abrazo, me besas, rojo. Ya no hay nada que desear, te tengo frente a mí. Toda aventura me trajo a ti. Hasta ahora ninguna contingencia tenía sentido. Me fascina nuestro principio, tan errático y azaroso que podría pensarlo como destino ¿Providencia o azar objetivo? Es lo menos importante.

The tree-lined avenue
Begins to fade from view
Drowning past regrets
In tea and cigarettes
But I can’t seem to forget

When you came along

El tiempo ha cambiado, ahora llueve de manera ligera. Nada importa en el mundo. Te miro esperando a que despiertes. Me regales la primera mirada del día, y aquella sonrisa que idiotiza. Suspiras mientras abres los ojos y me abrazas con fuerza. El reloj de nuevo el constante enemigo. No importa. Gastaré hasta el último de los segundos en contemplarte, acariciarte, en tenerte.

Un error me llevó a ti. Creo jamás he hecho algo tan acertado en mi vida ¿Irónico? Odio el cliché. Por ahora, no tiene sentido. Solamente seguiré recostado junto a ti, escuchando la agonizante lluvia y esperando en que en algún momento el tiempo se detenga.

- A year is a long time. -
- Not so long. Just once around the sun.-

Cpt. Y. Sparrow

lunes, mayo 14, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XIX


Hada (Eire)

Lluvia, cielo nublado, asfalto, música celta, una constante errática, gris. Un destino encontrado de una búsqueda jamás realizada. El profundo y negro de tus ojos revelan toda historia que pudiera contarse. Sueños, imágenes, fantasías, recuerdos, posibilidad, son nuestro presente. Incertidumbre de un inevitable futuro. Seguiré sin pensar. Sinceridad y fe de una niebla igual a nuestro misticismo. No puedo pensar en una oportunidad mejor para enamorarme. Nada importa, sólo mi Hada.

Cpt. Y. Sparrow

lunes, abril 30, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XVIII

Su filosofía era morir en cualquier día.
Su tragedia era que ese día no llegara.

-Marla Singer

Hit me as hard as you can.
I don´t wanna die without any scar

-Tyler Durden










Hic Et Nunc

El tequila era sólo un pretexto para decir lo que ya sabíamos. Miradas esquivas, palabras a una dirección, sentimientos dispersos. Alcohol. Una cicatriz, una herida jamás cerrada. No importa, creo el amor es así. Nada importaba, llamadas, pensamientos, imágenes, fotografías, canciones, recuerdos, sentimientos, miradas, nosotros. Las caricias eran palabras. Un corazón tratando de oprimir al otro era la constante. Tal vez en un momento pensé haberme equivocado, y tal vez, rectificar el camino. Pero pensabas demasiado y decidí no hacer ni decir nada. Tomé mis cosas, subí al coche, llegué a mi apartamento esperando tu llamada. Sabía llamarías, así lo hiciste. No había nada que decir, sabíamos todo. Yo estaría para ti, y tú aunque lo negaras, estarías para mí.

Cpt. Y. Sparrow

lunes, abril 23, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XVII


Bluffing

Un partido insípido en la televisión, cervezas en la mesa, Natalie in the radio, una discusión sin sentido sobre la diferencia entre la cerveza Light y la Lager (es evidente la diferencia), y yo sigo perdiendo mi lote. Siempre he pensado que el Texas Hold’em depende más de habilidad, bluff, estadística, reading, que de suerte. Sin embargo, hoy he tenido peor suerte que un judío negro en Auschwitz. Reparten las cartas, Jake de tréboles y de espadas. Tengo un par de mano, doblo el big-blind, todos pagan, abren el flop; 2 de tréboles, Jake de diamantes y un 10 de diamantes. Es una mano segura, decido aventar mi escuálido resto. Dos de mis amigos lo pagan, realmente no era mucho. En el turn un King de espadas y finalmente en el river un inofensivo 3 de diamantes. Siento el derecho del lote, una buena posibilidad para triplicar lo que me quedaba y jugar de manera más suelta. Mis amigos se descubren. Un flush mata toda posibilidad de seguir en el juego. Frustrado y molesto por dentro me levanto de la mesa. Jamás me ha gustado perder, siempre es más divertida la victoria, sobretodo cuando hay dinero en juego. Voy a la cocina con intenciones de embriagarme un poco. El vodka se ha terminado, una botella de ron y otra de scotch son las opciones. Elijo por el ámbar escocés, hielos y solo un poco de ginger-ale. Bebo un poco, después otro más, finalmente se termina. Abro el congelador, saco hielos, sirvo el scotch, ahora menos del sparkling cristalino. A mis espaldas, siento que alguien entra a la cocina. No presto atención, de hacerlo tendría que hacer conversación. Mi trago es muy bueno y tengo flojera de inventar algo. No volteo. Sigo bebiendo de mi vaso y siento dos manos suaves deslizándose por mi cintura. Sigo frío e indiferente, actúo un poco. Doy un trago más fingiendo naturalidad y comienzo a voltear lentamente. Pudo haber sido cualquier otra. Tal vez N. quien estaba en la sala y con quien alguna vez había tenido un pasado. O tal vez S. quien ahora tenía un presente con uno de mis amigos. O posiblemente A. quien nunca ha podido olvidar el modo en que olvidamos la razón y nos perdemos en un bello sensualismo. No, no eras ninguna de ellas, lo cual era aún más excitante – Hola – de manera natural y con aquella sensación de dominio que sabes sólo tienes conmigo. Sabes de mi idiotez y de mi modo errático. Sin decir una palabra sujeto tu cintura y te acerco lo suficiente para que leas mis intenciones. Doy un trago largo a mi agonizante scotch, dejo el vaso de manera metódica en la mesa junto nosotros, subo la mirada en esos grandes y obscuros ojos que tanto me fascinan, mi mano en tu cuello y rostro, me tomo un momento para contemplarte, me pierdo en el negro de tu rimel y en el gloss de tus labios. Sin titubear me acerco a tus labios. Un pequeño beso el cual no es contestado. Es evidente tu sorpresa. Todo dominio anterior ahora me pertenece. Sonrío y vuelvo acercarme. Ahora me besas. Nos besamos. Eres sincera. Intento ternura. Sabemos de lo inevitable de nuestro destino. - ¿y ahora? – preguntas buscando una respuesta inexistente

- ¿Ahora….? Ahora, yo me voy a mi casa -

- ¿Me hablas en la semana? –

- Claro… -

Salgo de la cocina y del departamento de mi amigo. Camino hacia mi casa. No te preocupes L. prometo serte fiel. Prometo acordarme de ti por las mañanas, escribir algunas líneas y jamás enseñártelas, suspirar cuando piense en la forma en que me miras, imaginaré nuestro futuro y haré planes de nuestros viajes, las horas de insomnio serán tuyas, y al besar prometo pensar en ti, sólo en ti y en nadie más. Seré fiel. No te preocupes por mí. Seré fiel.

Cpt. Y. Sparrow

lunes, abril 16, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XVI

Austin

La noche es agradable, fría y enigmática. Situación perfecta para caminar por la ciudad. El sentimiento de estar en una ciudad ajena exalta la posibilidad de aventura. Bares, luces, restaurantes, calles, autos, gente. La soledad no podía ser mejor compañera en esta caminata nocturna. A veces pienso que soy un poco huraño, tal vez lo sea, me importa poco. A un lado pasan niñas sedientas de una noche contingente y de escasa moral. Yo simplemente regreso las sonrisas que me han hecho.

Decido entrar a un bar. La música es adecuada, un Dj mezcla ruido tipo lounge con vocales femeninas bastante pertinentes. Me siento en la barra y pido un shot de tequila. El pretexto es un deseo de perder la racionalidad prontamente. Continúo con mi clásico vodka tonic. Es increíble la debilidad que presento ante el líquido cristalino. Disfruto mi salida solitaria. A mi lado, han llegado dos puellas increíblemente hermosas. Tez morena y nieve, blue and hazel eyes, cuerpo fino, cabello obscuro y fuego. Las observo por un minuto. Disfrutan su compañía y su plática, no han regalado ninguna mirada a los hombres del lugar. Dubitativo de acercarme a ellas me veo frenado por una imagen de un cálido y tierno beso. Ridícula y torpe escena hubiera sido acercarme a una pareja lésbica. Me siento tranquilo y olvido cualquier intento de contacto. Llamo al bar tender y pido otro trago. Minutos después siento una mano tersa en mi rodilla – are you alone? – en un errático y nervioso inglés contesto que espero a alguien. Me propone esperar juntos; Juliet, su novia Diana y yo. La conversación era libre y familiar, el alcohol era fugaz, la música un eterno continuo de emociones. Diana con una mirada en búsqueda de verdad y en una voz roja me pregunta cuál sería el mejor beneficio si yo fuera mujer – La seguridad de que a veces me vean como un objeto puramente sexual – contesto sin retirar los ojos de la mirada azul de Juliet. Era obvio que mi respuesta no resultó ofensiva para ninguna de mis nuevas amigas. Solamente aumentó el deseo de una por la otra. Ahora yo me sentía incómodo y fuera de sitio, tal vez era momento para retirarme y dejar la soledad para ellas. – Ya nos vamos a nuestro apartamento ¿Vienes? – dijo Diana mientras abrazaba a Juliet. – Gracias, prefiero regresar a mi hotel, no quiero estorbar – respondí estúpidamente. – Descuida, dudo mucho que nos estorbes – decía Diana en su voz rojiza. Infinidad de pensamientos atravesaban mi mente y deseo. En realidad no había nada que pensar, era imposible pensar. El instinto y la intuición resultaban mejores consejeras. Mi decisión no fue la mejor, pero sí la más acertada. Simplemente dije que no podía, di alguna razón estúpida y nos separamos. Regresé solo a mi cuarto y disfruté despertar por la mañana con esa ausencia de consecuencias y responsabilidades que tanto evito.

sábado, marzo 24, 2007

Nuevo F'log

He abierto un F'log, el cual trato de actualizar diario. Espero que aquellos pocos que me leen también vean mi F'log. la dirección es:

Narraciones de la Mística Urbana XV


Per accidens Substancial

Adoro el pan caliente. La suavidad, el aroma y textura son accidentes necesarios de una buena comida. Una cerveza ámbar, fría, tamaño regular es un placer que podría pensarse pecaminoso. No bañarme, ensuciarme mientras como, ver el sábado las luchas y el fútbol, fotografiar lo intangible, hundir los pies en la arena de playa, la soledad, amanecer abrazadamente acompañado, la noche, un vodka tonic, pretender ser un artista, observar la luna, la irracionalidad, la pizza y cerveza, manejar de madrugada, correr a medio día, pseudo-cocinar, tomar café mientras amanece, dormir con la ventana abierta y con luz lunar, escribir, sentir y saberme potencialmente indeterminado son contingencias necesarias de mi ser.

No sé si mi destino lleva tu nombre. Dudo el tuyo tenga el mío. Sólo lo sabremos antes del amanecer. Creo nada importa. Jamás te culparé. Nunca me arrepentiré del tiempo contigo. Tampoco diré que fue uno más de mis fracasos. Mucho menos diré que fue un error. Simplemente nuestras historias se cruzaron para hacer una contingencia más. Una hermosa contingencia.

Seguiré solo. Dejaré de buscar. Evitaré encontrar. Continuaré en el manejar errático y sinuoso. Simplemente disfrutaré las contingencias y azar futuro. Por mucho que intentemos no nos olvidaremos. Compartiremos al menos este sentimiento. Sabemos es lo mejor. Al menos trataremos.

Cpt. Y. Sparrow

lunes, marzo 05, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XIV


Trago de un destino ámbar

De nuevo la misma situación. Sólo amigos. En una fiesta. Plática agradable y superficial. Lo suficiente para olvidar la hora y sólo disfrutar el momento. Estoy en medio de una disertación sobre la estética de la Bauhaus como el futuro del arte en la razón instrumental. En realidad, son divagaciones. Lo disfruto demasiado. Decido servirme otro scotch. Simplemente mis movimientos ya son torpes y atrofiados. Me encanta la sensación de torpeza. Anomalía que no produce extrañamiento. Un poco de hielo, líquido de malta y sólo un poco de ginger ale. – ¿Puedes servirme uno igual? – Me dice esa cálida voz que reconozco como familiar pero el tono resulta extraño. Levanto la mirada. Se cruza con una mirada marrón. Centelleante y extrañamente celeste. Son tus ojos. Siempre nos hemos mirado con familiaridad, normalidad y sobriamente. Jamás con indiferencia. – ¿No lo prefieres con refresco de manzana? – te pregunto adelantándome a tu respuesta. Sé todo de ti. Al menos lo más importante. Sé cuando estás triste, ansiosa, alegre, deprimida, temerosa, fría, pensante, circular, fantástica, radiante o punzante. – Sí, mejor con manzana – respondes sin quitarme tu mirada. Sabes que no podrás infundirme miedo o temor. Somos demasiado cercanos y familiares. No hay modo de que nos lastimemos. Ni siquiera es un pensamiento válido. Te doy tu vaso, decimos salud, bebemos un poco, no nos dejamos de mirar. Podría pensar que escondes algo detrás de esa mirada marrón. En realidad, nunca has escondido nada, siempre ha estado frente a mí. A mi alcance. Así como yo de ti. Platicamos con la naturalidad de una amistad. Ahora hacemos conscientes nuestros deseos. No los decimos. No los mostramos. Los intuimos. Nos conocemos demasiado. Sigues mirando. Tratas de descifrar mis pensamientos. No hay nada que descifrar. Aquí estoy frente a ti. Tu deseo anterior a todas tus fantasías. Sólo tienes que acercarte más. No te preocupes, sólo es un poco más. Yo recorreré el resto del camino a tu boca. Te encontrarás con mis labios y con ellos disolveré aquel carmín superficial. Después, tomaré tu cintura y te acercaré aún más. Mi lengua tratará de encontrar tu oído. No te preocupes no te dirá nada, solamente explorará el lugar. Te llevaré a un lugar alejado de todo. En donde la soledad nos vigile. Descuida, seré cauteloso y metódico. Tomaré mi tiempo en cada momento de tu piel. Prometo usar mi lengua para rodar en tus piernas, muslos y cadera. Tu cuello. Tu cuello no se me olvidará. Lo morderé con mis labios. Respiraré tu sudor. Seguiré acariciando tu cabello. Perdona si te abrazo con demasiada fuerza, es inevitable. Acariciaré tu pecho, bajaré a tu cintura, tomaré mi tiempo, me esclavizo a tu ritmo. Diré algunas palabras, me contestarás con la voz sin aire. Solamente tienes que acercarte un poco. Sólo eso y tal vez encontremos nuestro destino. No tengas miedo sólo hazlo. Estamos tan cerca. Pareciera haber una muralla metafísica entre mi ser y el tuyo. Estoy dispuesto a obviarla e ignorarla. Sé que tu también. Sólo tienes que acercarte un poco. – Ahora vengo, no me tardo – me dices falsamente, no regresarás. Huyes. Sientes miedo de lo que sientes y deseas. Lo comprendo, aunque no quedo satisfecho. Sé que algún día sabrás que tu pensamiento no es ajeno a mí desear. No me precipito. Tiempo nos sobrará. Seguiré tomando este frío ámbar. Tal vez te arrepientas y regreses. Haz lo que desees. Porque independientemente de tu destino, Yo seguiré aquí. Lo sabes. Tal vez te da miedo que tu destino sea yo. No te preocupes, eso siempre lo hemos sabido.

Cpt. Y. Sparrow

miércoles, febrero 21, 2007

Monólogo Urbano III

Yerber K.* o Realidad Onírica

Hace poco,tuve un sueño de lo más real e incoherente. Por tanto fascinante. Mi sueño se desarrollaba en una mezcla entre los años 70’s y 20’s. El lugar, es difícil decir, pero era un conjunto habitacional de proporciones infinitas. En esa especie de edificios en donde parece que habita toda una civilización completa. Recuerdo estar en mi departamento, el cual era la planta baja de un edificio de unos 12 pisos posiblemente. No era el departamento donde vivo en la “realidad”, era otro departamento. Nunca he estado ahí pero sabía que era mi departamento. Tal departamento era austero. Aunque tenía comedor, cocina, un baño, un estudio, una biblioteca, no había indicios de ningún lujo. Mi sueño comienza conmigo leyendo el periódico y tomando café en mi pequeña mesa junto a la cocina. El sol entraba ralo por una ventana redonda y enorme de vitrales multicolores. Subitamente una serie de sujetos, 3 hombres y una mujer irrumpen en mi departamento. Tales sujetos visten de negro y/o gris. Comienzan a tomar medidas y a hacer una serie de hoyos en mi departamento. No me extrañó lo que acontecía en el departamento. Sin embargo, sabía que tenía que preguntar todo el circo que sucedía en mi casa. Al preguntar al hombre, este me responde que mi casa ya no es mi casa. Pregunto por qué y me dice que no puede dar detalles y me entrega un comunicado burocrático en donde se me explica todo lo relacionado con mi caso. Este comunicado constaba alrededor de 3, 500 páginas y con letras ilegibles, en un idioma que era una mezcla de inglés, francés, alemán, griego y un poco de latín. Recuerdo que era latín porque estaba en cursivas. Finalmente la gente “termina” de hacer lo que hacía y se van por la puerta. Yo salgo un poco y puedo apreciar el interminable mundo de edificios llenos de apartamentos aparentemente habitados. Lo increíble es que no puedo ver ninguna persona en la calle. A mi derecha hay un pequeño patio. Un sube-y-baja y un volantín gigante en forma de esfera conformar el patio infantil. Lo miro y no logro ver a nadie. Volteo a la izquierda y veo a un sujeto acercarse en una bicicleta. El sujeto me entrega correspondencia y vuelve a desaparecer. Yo regreso a mi casa. Atravieso la sala, un pasillo, subo unas escaleras de madera en forma de caracol y llego a un pequeño estudio. Un escritorio desordenado, infinidad de libros en el piso y un caballete junto al escritorio es el escenario. Una luz ámbar invade mi estudio. Enfrente del escritorio una hermosa mujer parece esperarme. No me es extraño encontrarme a esta mujer, no siento ningún sobresalto por su presencia. Ella me dice que no había podido venir antes pero que si no era molestia podíamos empezar ahora. Soy pintor. Soy pintor de desnudos. Debo confesar que en mi “realidad” jamás he pintado al óleo o con acuarela, además, soy incapaz de dibujar algo coherente. Es decir, soy lo más anti-artístico. Sin embargo, en mi sueño comienzo a pintar a la mujer. La cual está desnuda. De pronto la mujer se acerca. Es rubia, ojos azules, no es alta ni baja, tampoco es delgada ni gorda, se me acerca y me confiesa su amor. Me besa y le respondo con el mismo amor. De pronto, escucho romperse mi enorme ventana redonda de la sala. Han llegado – le digo a mi amante . Me asomo por la escalera de caracol y veo tres hombres con sombrero y traje negro subiendo. Voy a mi escritorio y saco un revólver ( jamás he disparado un revólver en mi vida), respondo los disparos de mis enemigos. Soy efectivo, dos al pecho y uno en la cabeza. Volteo con mi amada y le digo que escape por la puerta de la azotea. Tomo algunos libros y cartas de mi estudio y trato de alcanzarla. No logro hacerlo del todo. Los hombres comienzan a levantarse. Pensaba haberlos matado. Descubro que son inmortales, no son humanos. Disparo unas cuantas veces y el revólver se vacía. Voy a la azotea, estoy en un veinteavo piso. Corro y salto para alcanzar el edificio de enfrente. El vértigo, la sensación de caída se apodera de mi. Escucho el viento rápidamente y siento el frío de una muerte inminente. La caída se hace eterna, nunca toco el suelo pero sé que sigo cayendo. Finalmente despierto. Estoy en mi cama. En mi departamento un tanto burgués. Veo el reloj, es hora de levantarse. Entro en la regadera y siento el agua tibia en mi rostro. Recuerdo mi sueño. No río ni me doy cuenta que todo fue una locura. Me siento triunfante y satisfecho por haber huido de la burocracia. Melancólico por el amor que nunca podré volver a ver.

*Nota.- Joseph K. es el personaje del Proceso de Kafka. El cual vive una realidad similar a mi "yo" de mi sueño.

Yerber

domingo, febrero 11, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XIII

Destino Casual

Nada que hacer. Cualquier día monótono de la semana. Tedio. Molestia. Inmovilidad y cotidianeidad. Manejo el coche sin dirección. Cualquier destino es el mejor. Simplemente pretendo un escape. En realidad, tampoco sé de qué escapo. Solamente huyo. Creo lo hago de mí. Resulta un tanto difícil. Decido estacionar el auto y caminar un poco. El exceso de gente en la calle comienza a darme repulsión. Tanta gente y tanta indiferencia. Todos con un destino a donde llegar y con cosas “importantes” por hacer. Por un momento me siento superior. Me siento libre de no estar atado a tal yugo laboral. O Encadenado a un proyecto de vida por cumplir. Soy libre. No sé a dónde ir, por lo tanto mi dirección es la mejor de todas. El hombre útil siempre me ha parecido anti-estético. Soy libre.

Asqueado por la gente, decido entrar a una librería. Creo es el mejor destino que he podido encontrar hasta ahora. Es una librería de viejo. Tengo un gran afecto por los libros viejos y usados. El olor de las hojas de un libro en corrupción es de lo mejor. El amarillo de estas hojas y la tinta carcomida de las páginas es fascinante. Pensar por las tantas manos que ha pasado un libro de tan avanzada edad, cuántas vidas ha transformado o cuántos idiotas no lograron comprenderlo es un problema metafísico digno de reflexión.

La librería tiene un tenue olor a incienso. Preferiría no existiera. El transpirar de los libros es un perfume ya divino. Al fondo, escucho a Beethoven. Son sus sinfonías. Solamente piano. Sin duda es Liszt. Creo que estas transcripciones fueron el inicio del mash up. Creo me estoy perdiendo en mis pensamientos. Decido moverme al área de filosofía. Como siempre, me encabrono al llegar ahí. Encuentro libros esotéricos y de estilo new age. Existen libros que deberían ser tirados a la basura, algunos otros ni siquiera eso, deberían ser quemados para evitar el riesgo de ser leídos por otros. Encuentro algo que vale la pena. Forførerens Dagbog (Diario de un Seductor) de Søren Kierkegaard. Comienzo a hojearlo. Levanto un poco la mirada y esta se cruza con una sonrisa. Cabello largo, ondulado y obscuro. Cuerpo delgado y ojos negros que escarban en mis pensamientos. Los míos lo hacen en tu deseo. También te sonrío. Guardo la calma. Bajo la mirada y simulo estar interesado en lo que leo. De nuevo levanto la mirada. Te observo inmóvil y esperando mi movimiento. Move in my direction, I'll show you where to go. Sostienes un libro de Henry Miller. Disfrutas la lectura, creo la disfrutas demasiado. Decido acercarme con sigilo y prudencia. Calculador y sensato. Por tanto, errático y desastroso. Estamos juntos. Finjo estar buscando un libro. Es difícil buscar algo cuando no sabes lo que esperas encontrar. Un libro de Mario Benedetti llama mi atención, comienzo a hojearlo. Me dedicas una mirada. Con seguridad y superioridad me preguntas si me gusta Benedetti – No conozco mucho, y lo que conozco me parece digno de no leerse, tiene un estilo bastante de adolescente – Respondo tranquilamente y con una sonrisa – ¿Disfrutas de Miller? – le devuelvo la pregunta. Nunca había leído nada de él, lo encuentro un tanto soez – Respondes de manera sincera y con un tono inocente. En realidad, leo en tus ojos que disfrutas en exceso de Miller, creo estar excitado. ¿Café o cerveza? – Le pregunto de golpe. No sabe que responderme. Contesto por ella. Le pido irnos de la librería y buscar un lugar donde podamos tomar unas cervezas. Sólo algunas. Las necesarias para poder besarte y descubrir tu cuello. Suficientes para llevarte a mi casa e imaginar que nos conocemos desde siempre.

Las cervezas logran su objetivo. Embriagado por ti, obsesionado por tus labios, enamorado de tus palabras, nos quedamos en silencio. En aquellos silencios no incómodos. En donde existe una conexión no física. Tu mirada punzante hurga en mis pensamientos. If you can keep a secret, I got a blanket in the back seat on my mind and a little place that sits beneath the sky. Decido romper el silencio. Estoy muy cerca de ti. Te robo un beso. No lo consideraría un robo. Ya que deseabas lo hiciera. Tomas mi mano y pides que vayamos a tu casa. No respondo nada. Solamente tomo tú cintura y recorro mis labios en los tuyos. Siento el erizar de tu piel, la respiración errática de tu cuerpo, tus ojos perdidos en sinceridad y tus manos en mi espalda explicando tu deseo. Drive Faster. No one knows, I'm not coming home tonight. Why does wrong, feel so right? Drive Faster

Cpt. Y. Sparrow

sábado, enero 27, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XII

Primer Día

Pareciera haber una conexión entre el mundo y yo. La tristeza embriaga mi cuerpo. Un fracaso más. Sin embargo, este ha sido más significativo que cualquier otro. El gris del cielo es la mejor descripción. La depresión hace que duerma hasta tarde. Despierto y no distingo el tiempo. No sé si está amaneciendo o he dormido todo el día. En realidad no importa. El frío no puedo sentirlo. Toda mi sensibilidad es acaparada por otra razón.

Saco una taza. Sirvo agua. Saco de mi austera alacena la crema y el café. Caliento el agua. A los pocos minutos intento disfrutar de mi taza de café. En realidad es complicado. Me quedo inmóvil frente a mi ventana. Contemplo la inmovilidad de la ciudad. Pareciera que ella conoce mi dolor. El silencio en mi departamento es ensordecedor. Puedo escuchar mis pensamientos. Demasiado terror. Solo. Constante infinita de un azaroso destino escogido. Abrazo a la nada. El tiempo desaparece. Ya no hay movimiento. Todo se congela en esa gélida punzada de dolor.

Veo nuestra foto y pregunto que sucedió. Vuelvo a sufrir. No sé si haya respuesta. Posiblemente es tan irracional como el motivo que nos llevo a todo este desenlace. Prefiero ya no pensar en eso. Tal vez lo mejor que se puede hacer, es nada. Es claro que no hay respuestas para todo. Sentencia racional para algo tan irracional.

La tristeza es evidente. El hecho de ya no estar contigo es algo digno de depresión. No sé la causa. Puedo estar triste porque has sido la constante presente de una vida en busca de fantasmas. Saber que el amor no es para todos. Tal vez esté triste por lo mucho que no pude entenderte. O el hecho que nuestra incompatibilidad era inminente. Ya no quiero pensar. Prefiero quedarme con el recuerdo de ese sentimiento tan real vivido contigo .

El café se termina. Decido desayunar. La causa no es el hambre. Quiero ocupar mis pensamientos en otro lado. La imagen de todo lo posible que se ha vuelto imposible basta para un dolor circular.

El amor no es posible sin dolor. No es una garantía. Mucho menos conoce la justicia. Es una apuesta totalmente irracional por un deseo racionalizado de ser feliz. Ser consciente de tal irracionalidad no lo hace comprensible. Afortunadamente, las cosas más importantes de esta vida son ajenas a nuestra racionalidad.

Futuro. Proyección temporal de deseos presentes. Existen veces en que sus tierras se ven más lejanas de lo que aparentan. Otras, ni siquiera su silueta es visible. Y otras tantas parece un navegar en una noche sin luna y estrellas, habiendo olvidado el destino y el comienzo, confundido si el móvil avanza, retrocede, o se ha estancado. Perdiendo noción del arriba y abajo. Perdiendo sensación de uno mismo. Sintiendo extrañamiento de todo tu ser. Reflexionando que todo puede ser un mal sueño. Mañana no sé que sucederá. La seguridad no existe en el amor. Entrega irracional a algo totalmente inseguro. Estoy solo. Ya no estás conmigo. Regresamos al comienzo. Es un hecho. Estoy seguro de eso.

Escucho música para no pensar en ti. Es una canción en anglosajón. La música también pretende verme sufrir. Creo que será el primer día de este sentimiento. En mi mal inglés logro entender algunas líneas. Solo las que me hablan de ti. De nosotros. Save me a love song, drop me a line. Dejo de pensar.

Tell me a story
Where we all change
And we'd live our lives together
And not estranged…

No regrets / they don't work
No regrets / they only hurt…

I know from the outside
We looked good for eachother …


Remember the photographs (insane)
The ones where we all laugh (so lame)
We were having the time of our lives
Well thank you it was a real blast

Everything I wanted to be every
Time I walked away
Everytime you told me to leave
I just wanted to stay
Every time you looked at me and
Everytime you smiled
I felt so vacant you treat me like a child
I loved the way we used to laugh
I loved the way we used to smile
Often I sit down and think of you
For a while
I guess the love we once had is
Officially dead*

Cpt. Y. Sparrow

*líneas de Robbie Williams, No Regrets

martes, enero 23, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XI


Infatuated

Llevo encerrado en mi departamento ya dos días. Solamente he contestado dos llamadas por teléfono. Una era referente a una tarjeta de crédito. Colgué de inmediato y de manera ruin. Lo siento, era demasiado temprano. La otra era una llamada de un amigo, preguntaba qué íbamos hacer. Respondí un “no sé”, que podría traducirse como un deseo estar solo y disfrutar mi soledad.

Siempre he sido solitario. Disfruto de estar solo. Algunos temen de la soledad. Para mí, es la mejor compañera. Paso el tiempo leyendo. Escucho música. Escribo un poco. Reflexiono otro poco. Me entretengo con música celta. Tomo algunas fotografías. Juego con la luz, el movimiento y la profundidad. Me obsesiono por el punto de fuga. Disfruto estar solo. Encuentro placer en lo que muchos podrían considerar depresivo. Comer solo es una de ellas. Ver una película es otra. Simplemente, la soledad, mi espacio es algo tan mío que no puedo compartirlo.

Hago consciente mi soledad. Me creo seguro, fuerte y omnipotente. Creo que vivir en la soledad forma el carácter. Nos hace más fríos y calculadores. Reflexivos y analíticos. Persuasivos, templados y prudentes. Suena de nuevo el teléfono. No tengo ganas de contestar. Desearía no contestar. Sin embargo, el timbre del teléfono activa un mecanismo de contestarlo. Es tan mecánico e irreflexivo. Podría razonar mi deseo y no contestaría el teléfono. Es imposible. El teléfono suena y yo contesto. De manera automática contestó con tedio y menosprecio – ¿Bueno? – me contesta la voz menos esperada. Mi seguridad se derrumba. Me vuelvo débil de manera instantánea. Conozco esa voz. No es que la reconozca. El motivo es que jamás la he olvidado. Siempre ha estado ahí. Aferrándose a mi memoria. En un pasado que he querido dejar y borrarlo. Cosa imposible – ¿Cómo estás? – me preguntas con esa voz que tanto me hace perder la razón. Miles de recuerdos pasan por mi cabeza en cuestión de micras de segundo. Aparento tranquilidad y te hago algunas preguntas intrascendentes sobre tu vida actual. Lo único que quisiera decirte es que te sigo amando y deseo que vuelvas a mi lado. Después de una plática bastante sosa preguntas si podemos vernos. El cuerpo se me duerme. La visión se me nubla. Se me entre-corta la respiración. El corazón comienza un golpeteo totalmente arrítmico. Me tiembla un poco la pierna. De pronto puedo sentir toda mi piel de un solo golpe. La boca se me seca. La razón. La razón ya no existe, de nuevo sé que la has podido suprimir. Te invito a mi casa y accedes inmediatamente. No me engañas, me hablas porque te sientes sola y deseas venir a mi casa. Acostarnos un rato y ver una película. Pedir comida y comer hasta sentirnos gordos. Besarnos uno al otro como si existiera amor. Amanecer abrazados el domingo. Desayunar en la cama. Dormir otro rato. Platicar sobre banalidades. Reírnos como adolescentes. Te sientes sola y sabes que no me amas y que me has lastimado infinitamente. Pero no olvidas que yo te amo y siempre estaré ahí para ti. Es una estupidez que te deje entrar de nuevo a mi casa. Yo me haré ilusiones. Pensaré que quieres comenzar de nuevo. Que te has dado cuenta de todo lo que te amo y ahora estás dispuesta a intentarlo. Otra vez estaremos juntos y pensaré que nunca tendrá fin. Pensaré que nuestro destino siempre ha sido estar juntos. Simplemente me estoy engañando. Racionalmente sé que sólo deseas no estar sola. Deseas que te abrace para que recobres fuerza y sigas con tu vida. Y de nuevo te olvidarás de mí hasta que te sientas sola de nuevo. Eres una obsesión azarosa y errática. El único motivo que recuerda mi debilidad e inseguridad. Te maldigo y te odio. Sin embargo no puedo esperar en el momento en que entres a mi casa. En que vea esa sonrisa que sólo guardas para mí.

Tengo miedo. Doble miedo. No sé si podré ocultar mis sentimientos. Dudo lograrlo. También tengo miedo de algo más terrible. Del momento en que te vayas de mi casa. No por quedarme solo de nuevo en mi departamento y seguir con mi vida normal. Sino porque ahora, recordaré que estoy solo porque tú ya no estás conmigo. No deseas estarlo. La soledad no es motivo de miedo. Solo me aterran los momentos en silencio, solo en mi cuarto, en mi cama, mirando la obscuridad a través de la ventana, y pensando en ti. Pensando lo mucho que soy feliz junto a ti, pero tú no puedes serlo conmigo. Seguiré pensando en ti, seguiré pagando ese precio por enamorarme. Infatuated. No te preocupes. Algún día ya no serás dueña de mis pensamientos y fantasías. En algún momento me libraré de tus cadenas. ’Til find somebody new…

Cpt. Y. Sparrow

martes, enero 02, 2007

Reflexiones Urbanas II

Gourmet Navideño

Sin duda, la cena es lo mejor de las festividades decembrinas. Aunque cada año es el mismo menú, nunca hay quejas al respecto. Son cenas peculiares. Todo mundo ya sabe lo que habrá. Sin embargo, este tipo de cenas sólo se sirven en esta época del año. Sería muy raro ir a un cumpleaños, graduación, boda o cualquier otro evento, y te encontraras con un pavo almendrado y una ensalada de manzana. Es peculiar el fenómeno. Debido a que son cenas repetitivas que sólo se dan dos días al año.

El menú es realmente exquisito. El tradicional pavo. Ya sea en sus múltiples modalidades; ahumado, almendrado, relleno, etc. En verdad es delicioso. A veces no logro comprender como un animal tan feo puede ser tan rico. La realidad es que un pavo vivo es horrible. Me pongo a pensar en la res, pollo, puerco, cabrito, etc. Y concluyo que son animales si no hermosos, si simpáticos. Pero el pavo en verdad es feo. Lo único simpático del pavo es su nombre mexicano, guajolote. No por eso es un nombre bello. Fascinante animal.

Otra delicia es el bacalao. Aquí hay discrepancia con mucha gente. Hay personas que sabiamente disfrutan de otra exquisitez. Sin embargo, existen otras tantas que no saben disfrutar este deleite. Fabuloso pescado nórdico. Simplemente el color es fascinante. Pocas cosas comestibles son naranjas. Omito las zanahorias porque no me gustan. Sin embargo, el bacalao es algo digno de alabanza e idolatría. Alguna vez escuché una definición por ahí, bastante acertada por cierto, decía el intelectual: “Es un atunzote naranja y bien pinche grande, pero no sabe a atún.”

Romeritos, pierna, lomo, puré de manzana, son otros tantos platillos tan solicitados en la temporada. Al igual que las pastas. Digna de honores es la pasta Alfredo. Delicia. Mezcla de tallarines y camarones. Pero camarones grandes y cabrones, no los pinches camaroncitos que se acostumbran en las paellas. El camarón debe ser suficientemente grande para satisfacer un bocado. Además, la pasta se prepara con varios condimentos y especias que ignoro. Sólo los conocedores de las artes obscuras de la gastronomía saben esta mezcla digna de alquimistas.

Aprovecho esta reflexión gastronómica para externar un altercado. Una molestia que me abruma por años. Malestar eterno y repetitivo. A veces me siento como Sísifo. Evidentemente yo no empujo una piedra. Pero el castigo parece eterno. Cada Diciembre, Navidad o año nuevo aparece. Es una especie de película de terror (género que es mejor conocido como de sustos o espantos) con múltiples secuelas. Por lo visto eternas. Ni siquiera Chucky o Freddy Kruger, han tenido tantas secuelas. Mi malestar se refiere a la pinche ensalada de manzana que años con años aparece en las mesas decembrinas. No sé a quien se le ocurrió este platillo navideño. Seguro a algún huevón. Este “platillo” es como mi papá dice, para el llene. Cuando el pavo, el bacalao, y todo se ha terminado, sólo la ensalada queda y pues ni modo, uno come para el llene. Odio esta ensalada. Ya sea con mayonesa o crema. Y luego algunas personas se atreven a poner almendras o nueces en esta ensalada. En verdad es molesto.

Aunque la cena de Navidad y Año Nuevo, y una que otra peda con motivos decembrinos, son deliciosas. Debo hacer una fuerte aseveración. El recalentado es infinitamente mejor. Así es. El recalentado sabe mejor que la misma cena. Además, el recalentado goza de una cotidianeidad más familiar. El glamour y la actitud fufurufa de la cena navideña o de año nuevo ya no son necesarios ni requeridos para el recalentado. El bacalao, tan sobrio y elegante, puede comerse en diferentes modalidades. Yo prefiero la torta de bacalao. Una delicia bajada del Olimpo por el mismísimo Zeus. Una fabulosa telera, mayonesa, mostaza, rajas y por supuesto, el excelso bacalao, son una delicia para el recalentado. Otra opción para el recalentado son los fabulosos tacos de pavo. Así es. Tortilla, pavo, salsa, aguacate y en algunas ocasiones frijoles. Ni Carlos V, Alejandro Magno, Napoleón disfrutaron de tan bella exquisitez. Lo importante del taco es el aguacate, mantequilla de los pobres y del pueblo, delicia arrancada del jardín del Edén. Fruta que demanda una elegía, poema, canción, himno o al menos un epitafio.

Lo importante del menú navideño es comer más allá de la saciedad. Ya sea en la cena de Navida o Año nuevo, o en los múltiples recalentados.

El Filósofo Urbano