lunes, diciembre 18, 2006

Narraciones de la Mística Urbana IX


Destino

No he dormido. He conducido sin sentido. Cualquier lugar era mi destino. Detuve el coche para ver la ciudad. No creí haber manejado tanto como para poder observar toda la ciudad. El sol amenaza su regreso. El viento frío lastima mis manos. No sé cuanto llevo fuera del coche. Mirada fijamente perdida. Vacío. Llevo pensando demasiado tiempo. Odio pensar. En verdad lo odio. Reflexiones sin conclusión de algo que ya sé. No por eso logro comprenderlo. Tengo pretexto para embriagarme. Jamás es necesario un pretexto. Solamente trato de justificar algo que no entiendo. He prescindido de copas. El tinto comienza a revelar su finitud. Simplemente no será suficiente.

Pienso en que he fallado. Comienzo a creerme una mala persona. Veo hacia atrás. No he sido una mala persona. He sido un hijo de puta. Me deprimo aún más. Preferiría saberme un cabrón. Saber que mis errores no fueron esto. Errores. Todo sufrimiento causado por mi estupidez hubiera sido intencional. No por esto tendría una consciencia tranquila. Al menos, sabría que soy una mala persona. No sufriría. La maldad jamás se arrepiente de algo tan bello.

Pienso en las veces que he dicho te amo. La primera sin saber su significado. Otra, por querer responder igual. La última, simplemente no me creyeron. No quiero creer en la soledad como destino. Creo tener mucho. Me tengo fe. Ese es mi error.

Ya no quiero pensar. Conseguí mi propósito. Depresión y embriaguez. Disfrutaré de la noche que agoniza. Tal vez sea análogo. El sol no tarda. Terminaré con el tinto. Regresaré a casa. Quitaré tu foto. Dormiré. Trataré de olvidar. Por lo menos, me engañaré que estoy olivando.


Cpt. Y. Sparrow

No hay comentarios.: