domingo, febrero 11, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XIII

Destino Casual

Nada que hacer. Cualquier día monótono de la semana. Tedio. Molestia. Inmovilidad y cotidianeidad. Manejo el coche sin dirección. Cualquier destino es el mejor. Simplemente pretendo un escape. En realidad, tampoco sé de qué escapo. Solamente huyo. Creo lo hago de mí. Resulta un tanto difícil. Decido estacionar el auto y caminar un poco. El exceso de gente en la calle comienza a darme repulsión. Tanta gente y tanta indiferencia. Todos con un destino a donde llegar y con cosas “importantes” por hacer. Por un momento me siento superior. Me siento libre de no estar atado a tal yugo laboral. O Encadenado a un proyecto de vida por cumplir. Soy libre. No sé a dónde ir, por lo tanto mi dirección es la mejor de todas. El hombre útil siempre me ha parecido anti-estético. Soy libre.

Asqueado por la gente, decido entrar a una librería. Creo es el mejor destino que he podido encontrar hasta ahora. Es una librería de viejo. Tengo un gran afecto por los libros viejos y usados. El olor de las hojas de un libro en corrupción es de lo mejor. El amarillo de estas hojas y la tinta carcomida de las páginas es fascinante. Pensar por las tantas manos que ha pasado un libro de tan avanzada edad, cuántas vidas ha transformado o cuántos idiotas no lograron comprenderlo es un problema metafísico digno de reflexión.

La librería tiene un tenue olor a incienso. Preferiría no existiera. El transpirar de los libros es un perfume ya divino. Al fondo, escucho a Beethoven. Son sus sinfonías. Solamente piano. Sin duda es Liszt. Creo que estas transcripciones fueron el inicio del mash up. Creo me estoy perdiendo en mis pensamientos. Decido moverme al área de filosofía. Como siempre, me encabrono al llegar ahí. Encuentro libros esotéricos y de estilo new age. Existen libros que deberían ser tirados a la basura, algunos otros ni siquiera eso, deberían ser quemados para evitar el riesgo de ser leídos por otros. Encuentro algo que vale la pena. Forførerens Dagbog (Diario de un Seductor) de Søren Kierkegaard. Comienzo a hojearlo. Levanto un poco la mirada y esta se cruza con una sonrisa. Cabello largo, ondulado y obscuro. Cuerpo delgado y ojos negros que escarban en mis pensamientos. Los míos lo hacen en tu deseo. También te sonrío. Guardo la calma. Bajo la mirada y simulo estar interesado en lo que leo. De nuevo levanto la mirada. Te observo inmóvil y esperando mi movimiento. Move in my direction, I'll show you where to go. Sostienes un libro de Henry Miller. Disfrutas la lectura, creo la disfrutas demasiado. Decido acercarme con sigilo y prudencia. Calculador y sensato. Por tanto, errático y desastroso. Estamos juntos. Finjo estar buscando un libro. Es difícil buscar algo cuando no sabes lo que esperas encontrar. Un libro de Mario Benedetti llama mi atención, comienzo a hojearlo. Me dedicas una mirada. Con seguridad y superioridad me preguntas si me gusta Benedetti – No conozco mucho, y lo que conozco me parece digno de no leerse, tiene un estilo bastante de adolescente – Respondo tranquilamente y con una sonrisa – ¿Disfrutas de Miller? – le devuelvo la pregunta. Nunca había leído nada de él, lo encuentro un tanto soez – Respondes de manera sincera y con un tono inocente. En realidad, leo en tus ojos que disfrutas en exceso de Miller, creo estar excitado. ¿Café o cerveza? – Le pregunto de golpe. No sabe que responderme. Contesto por ella. Le pido irnos de la librería y buscar un lugar donde podamos tomar unas cervezas. Sólo algunas. Las necesarias para poder besarte y descubrir tu cuello. Suficientes para llevarte a mi casa e imaginar que nos conocemos desde siempre.

Las cervezas logran su objetivo. Embriagado por ti, obsesionado por tus labios, enamorado de tus palabras, nos quedamos en silencio. En aquellos silencios no incómodos. En donde existe una conexión no física. Tu mirada punzante hurga en mis pensamientos. If you can keep a secret, I got a blanket in the back seat on my mind and a little place that sits beneath the sky. Decido romper el silencio. Estoy muy cerca de ti. Te robo un beso. No lo consideraría un robo. Ya que deseabas lo hiciera. Tomas mi mano y pides que vayamos a tu casa. No respondo nada. Solamente tomo tú cintura y recorro mis labios en los tuyos. Siento el erizar de tu piel, la respiración errática de tu cuerpo, tus ojos perdidos en sinceridad y tus manos en mi espalda explicando tu deseo. Drive Faster. No one knows, I'm not coming home tonight. Why does wrong, feel so right? Drive Faster

Cpt. Y. Sparrow

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