miércoles, noviembre 07, 2007

Narraciones de la Mística Urbana XXVI



Reminiscentia



Siempre he tenido la curiosidad de saber sobre la vida actual de mis ex-compañeros de primaria y secundaria. Algunos pude verlos en la preparatoria, de otros me he enterado con los años, pero de la mayoría ignoro su presente. La realidad, es que todos ellos se volvieron un recuerdo lejano, un sueño borroso al cual recuerdo como creo que pasó y no como realmente fue.

El azar, la Divina Providencia, mi karma o cualquier causa lógica o ficticia, me dieron la oportunidad de encontrarme hoy con una compañera de escuela. La coincidencia resultaba un tanto melosa. Resulta que días atrás había coincidido con Tania Castro en una fiesta y habíamos quedado de tomar un café, chelas, vodkas o lo que resultara primero, con el pretexto de platicar un poco.

Según la teoría del conocimiento de Platón, la cual, afirma que todo ya lo hemos conocido en una vida y un mundo anterior, el mundo de las ideas. Sin embargo, al nacer en este mundo terrenal hemos olvidado todo aquello que conocíamos en el mundo de las ideas. Por esto, cuando conocemos, no es que conozcamos realmente, sino que estamos recordando lo que ya conocíamos en la vivencia del mundo anterior. Todo esto según Platón. Es extraño… hay vivencias que dejan una impronta muy fuerte en nuestra alma y marcan un antes y después en nuestras vidas. Nadie recuerda la primera vez que miró una estrella, escribió su nombre con lápiz o probó chocolate (no me gusta el chocolate). Yo recuerdo a Tania Castro, sentada en la segunda columna de bancas, y yo en la primera columna, suficientemente cerca para verla de perfil, lo suficientemente lejos para que no supiera que la espiaba. Como todo mocoso de secundaria, soñaba despierto con ella y mantenía en secreto lo que intuía como algo llamado amor.

Nos habíamos quedado de ver en un bar-restaurante-lounge-grill, demasiado fashion para mí. Sin embargo, disfrutaba mucho la terraza que daba a la ciudad. Antes de llegar al restaurante había terminado 100 años de soledad de García Marquez, y no podía dejar de pensar en que fue un libro muy largo, creo que con 140 páginas menos hubiera sido una lectura agradable. Me hubiera ahorrado bastante tiempo que pude haber utilizado para releer algo de Borges. Además, creo que el libro está sobrevaolarado, se me hizo tan bueno como una película dominical del canal cinco. Creo que Frida Kahlo también esta sobrevalorada, sin olvidar el hecho de que tiene muchos autorretratos y es una mujer demasiado fea.

Finalmente Tania llegó, infinitos flashbacks cruzaban mi mente y mi cuerpo recordaba las diversas sensaciones. Recordé que ya no era el flacucho inseguro de secundaria, sino el hombre disperso con sus vicios asentados y hasta una carrera universitaria terminada.

Platicamos cosas triviales; actuales ocupaciones, planes, amigos, fiestas, aventuras, viajes, etc. Ya un poco alcoholizados, expresé mis antiguos sentimientos hacia Tania, quien sin sorpresa me respondió que ya lo sabía. Tampoco esto me sorprendió. Creo era el único güey en mi secundaria que creía en que nadie sabía lo que ya todo mundo sabía. No tiene importancia.

¿Quieres besarme? – Tania con una mirada penetrante que dejaba ver lo mucho que disfrutaba la pregunta y lo tanto que paladeaba lentamente mi expresión de asombro me preguntaba - ¿En serio… quieres besarme? – Tania repetía en un tono divertido. Por un momento pensé que tenía la posibilidad de superar un sueño frustrado. Redimir mi inseguridad de puberto. . La verdad es que no era necesario. Prefería quedarme con la imagen inalcanzable de Tania, mi Tania del 1°B.

Caprichos he tenido muchos, todos ellos los he cumplido. O al menos he hecho el intento. Tania y yo nos despedimos, prometimos hablarnos en la semana para volver a salir. Ambos sabíamos que no nos buscaríamos. Contingencia sin importancia. Lo único necesario es el recuerdo permanente del cabello castaño de Tania en la clase de geografía.



Zorro Místico

No hay comentarios.: